jueves, 3 de diciembre de 2009

Escena de Avanzada


La Escena de Avanzada fue la denominación que le dió la teórica Nelly Richard a cierta producción de obra que circuló en el campo no oficial de la escena artística chilena durante la época de la Dictadura Militar (1973-1989). Dicha escena se articula frente a un contexto determinante. La Dictadura se impone como un momento de corte con todo el sistema antes conocido social, cultural y politicamente hablando; marca un quiebre, una ruptura, una discontinuidad en todo ámbito de la vida chilena. La Dictadura militar se impone desterrar todo vestigio del proyeco histórico de la Unidad Popular, y para ello, a método de borradura, exilia tanto a intelectuales, artistas o cualquier zimpatizante con el gobierno anterior.
La escena de Avanzada en la semiclandestinidad, comienza (artistas, críticos y poetas) a producir una obra contraria al relato oficial, pero dicha obram sobretodo en las artes plásticas sólo pudo ser concebida desde ciertos mecanismos de metonimia, metáfora y simulacro. Como ejemplo de ellos podermos citar las aeropostales de Eugenio Ditrborn [1], quién ingenió la forma de serigrafiar fotografías encontradas en revistas deportivas donde el cuerpo representaba la máxima exigencia de sí, o en otra lectura más contestataria, sería la puesra en escena de forma metafórica del cuerpo torturado.

Con respecto al mismo tem del cuerpo mutilado aparece el poeta Raúl Zurita y la escritora Diamela Eltit. Ambos utilizan su propio cuerpo como lugar de tortura, se infringen cortes, mutilan su piel. El trabajo performatico de la escritora "zonas de dolor"[2], donde corta y marca sus brazos y piernas, dentro de la misma línea de trabajo en zonas de dolor III, 1980, Eltit besa a un vagabundo, rompiendo con el canón sumiso de la mujer como la idealiza el regimen militar y por otro lad, la corrupción del cuerpo prostituido que presta servicios a cambio de nada.

Los artistas de la denominada Escena de Avanzada (Lotty Rosendfeld, Eugenio Dittborn, Juan Dávila, Carlos Leppe, entre otros) se caracterizan por la puesta en crisis de las convenciones artísticas, para ello se sirven de diferentes medios no canónicos como la fotografía (ya no desde su dimensión técnica, sino como una figura retórica), el cine, la performance, las acciones de arte.
La Escena de Avanzada critica la institucionalidad, con ello citamos al CADA (colectivo acciones de arte) integrado por Lotty Rosenfeld (artista visual), Raúl Zurita (poeta), Juan Castillo (Artista Visual), Diamela Eltit (escritora) y Fernando Ballcels (sociólogo). Dicho grupo comienza sus acciones en el año 1979 hasta 1985. El tipo de manifestación artística que ellos ejecutan se relaciona directamente en el ámbito de lo social. El grupo realizaba sus acciones entre lagente, en la ciudad. SI bien, recurrían también al simulacro y camuflaje ("Para no morir de hambre en el arte", 1979, acción donde entregan 1/2 litro de leche en una población de bajos recursos, sonde hacen alusión a las cuarenta medidas de Salvador Allende donde dispoía que todo niño en su gobierno recibiría 1/2 litro de leche diariamente). Su obra estaba inmersa en el espacio otro, fuera de la institucionalidad del museo. Como crítica el CADA resalta su labor distinta del trabajo de otros artistas que realizan obras alegóricas (Leppe, Dittborn) alegando sobre la situación actual, sin embargo, no se pasan a la acción como lo hacía el CADA. En este grupo de artistas se hace consciente la importancia del registro, pues en su arriesgada labor, era necesario dejar registro fotográfico o filmico de cada acción, pues no tenían seguridad de que luego fueran peor de los escenaros, muertos.

Otra característica de los artistas que están bajo la denominación de la Escena de Avanzada, es el uso del cuerpo. Es en esete caso donde Carlos Leppe [3] y su trabajo performático es citado por Nelly Richard. Leppe utilizando su propio cuerpo como soporte de obra. En su trabajo "El Perchero", Leppe se trasviste, corrompe su propia identidad, jugando con los roles sexuales, desde ahí emerge la crítica hacia el contexto dictatorial, donde todo concepto esta definido, sin ambigüedad. Otro caso del uso del cuerpo, menos explícito que e Leppe, es el trabajo sostenido por Lotty Rosenfeld, en "Una milla de cruces en el camino", 1979. Acá surgen tres elementos: el cuerpo de la artista, la relación que tiene al enmarcar la calle, (el signo) y la ciudad, pero una ciudad particular, una fuertemente represiva. El trabajo de Lotty juega con los signos y con la rectitud de ellos; de pasar a un signo (-), lo lleva a un signo (+), desacralizando el espacio del irden, apropiándose de él en el gesto mínimo de cruzar la cinta en el pavimento.

Finalmente, la producción teórica de esta época fue de suma importancia. Partiendo del libro Margenes e instituciones, 1986, donde Nelly Richard produce un tipo de escritura que parece encriptada, un tipo de lenguaje que también simula algo más, evadiendo a la autoridad. Como Richard, otros teóricos participaron de esta nueva forma de escribir donde la obra y el texto son complices de la rebeldía ante el Regimen. Teóricos como Pablo Oyarzún, Adriana Valdés, Enrique Lihn, Ronald Kay, participaron de esta resistencia.


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[1] Eugenio Dittborn, Pieta


[2] Diamela Eltit, Zonas de dolor.






[3] Carlos Leppe





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1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias por tu entrada, me ayudo mucho para un trabajo de la U, Saludos