sábado, 18 de julio de 2009

Grupo Montparnasse y Jean Emar.


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La década del 20 estuvo marcada por la consolidación de la clase obrera, creación del partido comunista, consolidación económica en el país y la aparición de una clase media ilustrada. Dentro del ámbito artístico hay una ruptura con la academia y el gusto afrancesado. Durante este periodo hubo un interés por introducir las vanguardias y el modernismo artístico. En Brasil se inaugura la semana del arte moderno (1922), buscando escandalizar a la burguesía afrancesada. Las artes nacionales estuvieron marcadas por la llegada de Álvarez de Sotomayor, en 1908 contratado como director de la Academia. Cambia la influencia de la pintura francesa por la española con el modelo de Goya y Velázquez que trae este nuevo director. Este artista enfatiza el trabajo de la escena costumbrista y tipos populares. De su tutoría surge la Generación del 13, la Generación del centenario, Este grupo se caracteriza por un tono nostálgico, hasta melancólico en sus trabajos. La mayoría de los artistas pertenecientes a esta generación son de clases sociales más bajas, comparten los talleres y toman como modelo a representar su propio entorno. Aún acá, donde los elementos formales son notoriamente más libres que en los comienzos de la academia, el tema subyuga a la razón plástica.

La liberación de las artes plásticas en Chile fue paulatina, hasta la llegada radical del Grupo Montparnasse. El panorama internacional en las artes distaba mucho del tipo de artes que aún eran valoradas en Chile. En nuestro país, en el salón oficial, aún eran premiadas obras que tenían facturas tradicionales, y las nuevas tendencias pictóricas no habían sido bien recibidas todavía. La llegada de Montparnasse reactiva las artes plásticas. Este grupo busca la modernidad asociada a la idea de la construcción (composición, solidez de la pintura, importancia de la línea). Todas las problemáticas que giran en torno al trabajo de este grupo de artistas están vinculadas con la pintura misma, y no con temas fuera de ella. En su pintura se ven reflejadas tres corrientes: el constructivismo plástico cezaneanno, el neo-impresionismo y el fauvismo, sin ser ni impresionistas y fauves. Toman elementos para poder desarrollar sus obras de arte. Su maestro espiritual Juan Francisco González, fue el primer artista que dentro de las artes nacionales, se atreve a incursionar en las posibilidades plásticas de la pintura, autonomizándo su función.

El grupo Montparnasse se forma en París, en el año 1922, los artistas que participaron de él, en una primera instancia fueron: Luís Vargas Rosas, Henriette Petit, Julio y Manuel Ortiz de Zárate y José Perotti. Tomaron el nombre del barrio parisino que en aquellos años fue considerado un centro artístico. Un punto culminante dentro de la creación del grupo fue su viaje a Europa con motivo del Salón de Otoño, y conocen a Juan Gris, y las vanguardias de la época. Esto fue decisivo para, además de dar en cuenta el atraso con respecto al resto de las artes europeas, un interés por la renovación plástica y por la inclusión del modernismo artístico en Chile. Su primera exposición se realiza en el círculo de periodistas, en la sala “Rivas y Calvo” el año 1923. A pesar de ser un grupo, su trabajo plástico no es uniforme, y los que los une principalmente es la ruptura con la pintura tradicional, la autonomía y la ausencia mimética en sus obras. El grupo Montparnasse se opone a la enseñanza de la Escuela de Bellas Artes, no fueron exhibidos en el salón oficial y su financiamiento no viene del Estado, sino de particulares, como el diario La Nación. Por ello, son considerados como los precursores de un movimiento modernista en nuestro país, por su tarea renovadora y principalmente, por la idea de un arte por el arte, la independencia del gesto del artista y la valoración de esta. Así como Rubén Darío habla de la poesía como un espíritu nuevo, esa constante modernista se extrapola a las artes visuales como vemos en este grupo. Además, como en la literatura, el Grupo Montparnasse demuestra una exigencia de su época, una exigencia por una puesta al día, y por una autonomía del arte.

Al grupo Montparnasse se le une el pintor y crítico Jean Emar. Rescato la imagen de Emar, pues surge a su vez, como un renovador de la crítica chilena. Jean Emar viene de la alta burguesía, pasa gran parte de su vida en Francia, fue amigo de personajes importantes en el ámbito artístico parisino. Conoció las vanguardias y sintió empatía con el Surrealismo[1]. Jean Emar critica varias cosas de la escena artística nacional: la inamovilidad de la Escuela de Bellas Artes, ataca el sistema de medallas y premiaciones del Salón Oficial y critica la crítica aficionada. Desde Notas de arte, sección que publica en La Nación desde 1923 hasta 1925, reformula todo el sistema del arte nacional. Dice que los artistas nacionales deberían relacionarse con artistas extranjeros, más que con profesores, deberían ver los cuadros. Desde sus Notas de arte, además inicia un trabajo de divulgación de las vanguardias pictóricas europeas, que sirven también para una puesta al día del arte internacional. Con un lenguaje irónico e incisivo, Emar se dedica además de comentar las nuevas tendencias internacionales, a criticar duramente el entumecimiento de la escena artística nacional.

Jean Emar fue importante dentro del trabajo teórico para Montparnasse, y esquematiza los fundamentos estéticos del grupo[2], así este grupo es uno de los primeros que tiene algo así como un ”manifiesto” donde se rectifica este interés por la modernidad, por el modernismo artístico y por la renovación de la tradición pictórica nacional. El artista ya no es un productor de indistinto de arte, se preocupa por difundir sus ideas.



[1] Álvarez de Araya, Guadalupe. La recepción de las vanguardias en Chile a través del grupo Montparnasse. 1923-1935 (aporte a una historia de la crítica de la pintura en Chile). Tesis de grado para optar al título de Magíster en Teoría e Historia del Arte por la Universidad de Chile. Santiago, 1995. p. 71.

[2] Anti academicismo, anti naturalismo, anti realismo, ausencia de un estricto estilo plástico, arte vigoroso. Libertad y espíritu lírico para crear, Leyes propias de espacio y tiempo en el arte, y no repetir ni copiar a los maestros.









Ortiz de Zárate, Manuel- Naturaleza muerta con guitarra


Ortiz de Zárate, Manuel- Naturaleza muerta con guitarra


Mori, Camilo-la viajera


Petit, Henriette- Dos desnudos

3 comentarios:

Subliminal dijo...

por lo que lei era bien revolucionario el grupo montparnasse. al igual que emar que bien critico para sus cosas. bueno en realidad yo no tenia idea de ellos, pero considero que es bueno saber esto en cuanto a la historia de chile, ya que la historia no solo es heroes peleando por poder, sino que tambien es arte, y conocer la historia algo de historia del arte chilenoi y sus influencias es interesante.

saludos
ke estes bien
podriamos juntarnoc con el alex?
a tomar una chelas jajja....

Mauricio Pardo dijo...

Oh! Cuanto me encato ver al loco Jean en tu ensayo, un varguandista fuera de lugar, incomprendido incluso por la "varguardia" de la época.

No olvides, que además de pintor y critico, Jean Emar fue escritor de la vanguardia chilena; razón por la cual me es conocido.

Los "ismos" fueron importantes fuentes de renovación artistica, tanto en europa como en Chile, evocando la "varguardia" en todo lo que sus manos estos artistas pudiesen superar y enloquecer.

Álvaro Yáñez Bianchi, más conocido por el seudónimo Jean Emar, después Juan Emar, tomado de la expresión francesa “J’ en ai marre” (estoy hasta la coronilla), en cuanto a letras -a mi gusto- destaca con tres obras: Ayer, Diez y Umbral; siendo "Diez" la más querida por mi: al ser jugetona con la narración de hechos y sorprendetes e intoxicantes los personajes salidos de la imaginación sin reglas ni limites de tan oculto escritor.

Mauricio Pardo dijo...

Diablos... se corto el comentario.

Queria saludar y agredecer el comentario, es verdad que el mundo gira, pero lo que me sorprende es lo dulcemnete quijotesco de estos giros ¡qué importa cuanto gire mientras se soria y disfrute! Sí, mientras se viva, carajo con lo demás.

Saludos