Al enfrentarse con al documental I’m not There surgen varias expectativas como espectador. Al tener conocimiento de que se trata de una biografía del cantante Bob Dylan, nos sumergimos en una pre-concepción del típico film biográfico, cuestión que por cierto no sucede en esta película. Es quizás confuso para el espectador encontrarse con, no una, sino varias historias que en primera instancia, unas de la otras. En un primer acercamiento creí que todas las historias eran la vida del artista, que se habían filmado como cortometrajes y que habían sido entrelazadas aleatoriamente, sin embargo creo que es más que una nomenclatura de sucesos sobre una misma vida. Me arriesgo a postular que se trata de una especie de “encarnación” del artista, más adelante explicaré porqué.
La forma en que se construye la historia depende de dos factores, una de la manera en que se nos relata y otra de la forma en que la percibimos. En este caso, la multiplicidad de narraciones que se dan dentro de la película hace que nosotros, como espectadores, tengamos la necesidad tal vez, de tomar una postura frente a ella. La postura que tomé con la pretensión de lograr un acercamiento con respecto al film es atender lo que subyace a la historia misma, lo que se puede sacar en limpio, no intentar conectar una vida con otra y su relato particular, sino que el significante de cada una y de que manera confluyen en el tema principal, que a mi parecer, es la vida de Bob Dylan en su labor dentro de una sociedad y su contexto.
Nos enfrentamos primero que todo a una serie de historias que en primera instancia parecen inconexas. Cada historia toma distintos personajes, diferentes escenarios, cada uno tiene una historia en particular. Cada historia por lo demás, tiene un relato distinto. La construcción de cada una no sigue la unicidad que se espera de las biografías. Unas historias se presentan en blanco y negro, otras en color. También muestran diversas formas con que se puede “contar” algo: en primera persona, desde personas externas, con un narrador. Con todo esto me refiero a que cada una de ellas se conforma de manera particular, el escenario, los personajes, el problema que desarrollan esta dentro de su propia membrana. A pesar de todo lo anterior, creo que dentro de las múltiples historias hay una “ventana” que nos remite a las otras. En el transcurso de la película, hay pequeños elementos que nos hacen sinapsis y surgen como un chispazo con respecto al caos de imágenes que se interceptan en la pantalla. La música o banda sonora, por ejemplo, es un elemento lineal que va fundiendo los últimos segundos de una imagen con el comienzo de la otra. Y la música interna, aquella que se instala dentro de la historia, así como un sentimiento o necesidad. El arte en general también es un factor que se mezcla constantemente y la manera en que cada persona necesita llevarlo o mostrarlo, de que forma el artista se sirve de él (o se escapa del mismo). De vez en vez aparecían imágenes muy fugaces e inconexas con respecto a lo que estaba pasando en la historia, que remitían a la historia social americana. Si bien es cierto ninguna historia toma literalmente en nombre del cantante hay historias en que por la apariencia del personaje principal y los sucesos que van aconteciendo puede escabullirse su nombre entre nuestros labios.
Con respecto a la encarnación que remitía al comienzo se refiere a la manera en que resolví la historia completa. Encarnación con respecto al “todo” de la película. Creo que cada historia confluía en algo en particular y por lo mismo están inscritas en el film. No fue un trabajo azaroso que pretendía volcar al espectador a la confusión total. Desde mi perspectiva cada historia que acontecía tenía su excusa dentro de la historia global porque las personas que ahí aparecían, como protagonistas de estas “mini historias”, encarnaban la visión del artista, encarnaban la visión de Bob Dylan en tanto sea entendida como contar la historia ordinaria, común de personas americanas. Sin embargo, al ser una película polisémica esto puede ser una observación vaga con respecto a bastos y variados acercamientos de la película.
Cada escena da sentido a la película no de una forma lineal y convencional. Le da una mirada distinta a la forma de hacer biografía, no toma un conjunto de datos y los coloca cronológicamente una tras otra para conjugarlos en el personaje principal. A mi parecer, en este relato, toma los datos primordiales para inmiscuirlos en diferentes instancias donde emergen los distintos Bob Dylans, esos que se encuentran anónimos y que también participan de la forma particular en que él concebía el mundo.
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