Estaba sentada en el bagón del metro
leyendo After Dark de Haruki Murakami
y me di cuenta que el viaje se hace mucho más corto
incluso, sentí ganas de seguir en la línea cinco hasta Vicente Valdés
para alcanzar a leer el capítulo completo...
pero me tuve que bajar del bagón y volver a andar entre los zombies de Santiago.
*
leyendo After Dark de Haruki Murakami
y me di cuenta que el viaje se hace mucho más corto
incluso, sentí ganas de seguir en la línea cinco hasta Vicente Valdés
para alcanzar a leer el capítulo completo...
pero me tuve que bajar del bagón y volver a andar entre los zombies de Santiago.
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